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El Padre
es Santo, El Hijo es Santo,
La siguiente explicación debe ser tomada como una enseñanza bíblica y no como una doctrina. Ya que cabe afirmar que no existe tal división o separación entre los dones y el Espíritu Santo. Bautismo significa "ser sumergido". Este es definido por Jesús como la promesa del Padre (Lucas 24:49, Hechos 1:4-5). Y también como poder para testificar (Hechos1:8). Tuvo lugar por primera vez en Pentecostés (Fiesta de las Primicias), mostrándose en aquel entonces como un fuerte viento y la repartición de lenguas de fuego sobre los apóstoles (Hechos 2:1-2), y fueron todos llenos del Espíritu Santo. Esto no es necesariamente una norma ya que la manifestación del Espíritu Santo en cada cristiano es única y no existe una forma determinada para que ocurra. No es una experiencia de la que dependa la salvación, pero si es necesaria si queremos ser testigos eficaces de Cristo. Tampoco debemos recostarnos del haber sido llenos del Espíritu Santo una vez, sino buscar que esa llenura se mantenga mediante una búsqueda constante de Dios. Cuando hablamos del Espíritu Santo tenemos que hablar de las diferencias entre el bautismo del Espíritu Santo y de las manifestaciones del Espíritu Santo. Tenemos que saber que el bautismo del Espíritu Santo es cuando el ser humano es lleno del poder del espíritu. El espíritu santo utiliza las manifestaciones para transformar la vida del creyente a lo que Dios quiere de nosotros, la restauración plena del ser humano.
En I Corintios 12:7-10, Pablo nos menciona lo que no es dado por el espíritu. Estos son los dones del espíritu:
Los dones son regalos especiales que sirven con el propósito de la edificación de los creyentes, y no deba interpretarse como una escala de espiritualidad. Quien los administra es el mismo espíritu; nosotros somos solo sus instrumentos. Es importante conocer estos dones, no ignorarlos y ser sensibles a la voz de Dios para que nos guíe a hacer un buen uso de ellos (I Corintios 12:1) Aun cuando hayamos estudiado la obra del espíritu, tenemos que entender que esta es una obra de conjunto por lo que no podemos identificar que cosa hace primero o después: simplemente las hace. Es importante mencionar que Jesús nos enseña a pedir en oración al Padre para que provea el Espíritu Santo a nuestras vidas (Lucas 11:5-13) para servir a Dios como a el le agrada. De la misma forma que las flores necesitan ser fertilizados, así el cristiano necesita que le espíritu santo tome dominio de el y realice en el su obra maravillosa. La experiencia del espíritu santo, antes de ser un a experiencia dolorosa o la cual le tengamos miedo o reservas, debe ser anhelada por todos ya que Dios nos manda a que seamos llenos del Espíritu Santo (Efesios 5:18). A través de esta experiencia nos preparamos para enfrentar las situaciones de la vida cristiana y para su ministerio, es decir para que le sirvamos como el quiere.
Asignación recomendada:
El Espíritu Santo no es una fuerza, sino una Persona. Es inteligente, tiene emociones y voluntad. " ¡Alabemos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo!" |
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